viernes, 11 de mayo de 2012

Presentamos en sociedad el logo del nuevo partido de Domingo F. Cavallo

Lo lamentamos por la memoria del genial Astor Pantaleón Piazzolla: un tema suyo es la música de fondo elegida por nuestra productora Clara Mariño quien, es bueno decirlo, tiene inmejorables contactos en las Fuerzas Armadas y en las grandes corporaciones.
Asi es: presentamos en sociedad el logo elegido por los seguidores de Domingo Cavallo para lanzar su nuevo partido, que se denominará OMNH (Our man named Horse).

jueves, 10 de mayo de 2012

TN denuncia avalancha de compras en Uruguay



Ayer, Guillermo Lobo, nuestro hombre en Washington (quien según algunas denuncias quiso replicar junto a Daniel Santoro las andanzas del Quinteto de Cambridge durante la Guerra Fría), denunció ante las cámaras de TN que se estaba produciendo una verdadera avalancha de compras en Uruguay por parte de argentinos frustrados por esta nueva versión del siniestro Plan Flor de Ceibo: un cierre total de las importaciones para vivir con lo nuestro.
El historiador Anselmo Villaverde (UCES, UADE) nos lo recuerda: “en los 50, la Segunda Tiranía impuso a la clase media la obligación de comer pan de mijo, desempolvar las viejas planchas a carbón que fabricaba la pícara familia Di Tella y reutilizar las heladeras a pedal arrumbadas en los gallineros”.
Se recordó también que Perón quería emular a Stalin aunque en la vieja URSS se usaba centeno (hoy muy consumido por medioambientalistas y estreñidos) y aquí se optó por el mijo, una semilla para pajaritos.
Como la treta de la manipulación consiste en segmentar el mercado de noticias, los diarios Clarín y La Nación se cuidaron bien de levantar este notición en sus ediciones escritas. Ni una palabra, ni siquiera en la sección necrológicas.
Hoy en día, un 40% de la población reconoce haber leído un diario “alguna vez en su vida”. El papel de diarios es muy usado en verdulerías (ojo con la tinta) y granjas, donde se lo considera inmejorable para envolver huevos.
El demiurgo que pretende limitar el consumo de los sectores de mayor perfil gastador (los que jamás leyeron, no se pierden a Tinelli y están continuamente on line con sus I-pad) se llama Guillermo Moreno.
Las dos empresas navieras que diariamente saltan el charco están viviendo su primavera en pleno otoño. Millones de argentinos, nos informa Lobo, viajan a Colonia y Montevideo para adquirir bienes de primera necesidad como planchas, yerba, secadores de pelo, rizadores, depiladores, yerba, gps eróticos con la voz de los Wachiturros, jugueras y yerba. Colonia, dicen los especialistas, está a punto de desalojar a Ciudad del Este como principal destino de compras.
En la terminal del Puerto de Buenos Aires ya se han detectado avalanchas ante las planchadas. Todos esperamos que los buques cuenten con salvavidas y equipos de primeros auxilios suficientes.
Según Lobo, la imprevista demanda también incluye libros de Chopra, Bucay, Carlos María Domínguez y una rareza bibliográfica: el anónimo “Memorias de una princesa rusa”, formato para la era de los zares de cualquiera de los actuales programas de chismes de la tarde en la TV abierta.
Algunos pasajeros arriban con valijas cargadas con planchas que no usarán nunca porque llevan la ropa a la tintorería. La nota la dio un recién llegado a la Terminal que, muy orondo y lirondo, bajó la planchada llevando a rastras un joven gorila angoleño.
El funcionario de la Aduana que le cerró el paso le aseguró: “Moreno no ha prohibido la importación de estos bichos”. La respuesta no se hizo esperar: “Los de acá ya no sirven para nada. Lea la nota de hoy que firma Carlos Pagni en La Nación”.  

martes, 8 de mayo de 2012

¿Nos quiere fundir?

Macri abusa de los argentinos, de los ciudadanos y acaso también del público o los clientes.
Macri es el niño discriminado a quien el padre no le construye hospitales, subterráneos y escuelas como los existentes en las ciudades que dirigen sus pares en Europa y EEUU.
Macri cree que es razonable que la Ciudad no pague por el depósito de residuos en el cinturón ecológico. Se conforma con nombrar a algunos directores en el Ceamse. Del mismo modo tiene una empresa, Subterráneos de Buenos Aires Sociedad de Estado, con un presidente y un directorio cuyos honorarios los pagan los contribuyentes. SBASE prácticamente no tiene nada que dirigir, porque los subterráneos los maneja Roggio.
Macri cree que si los hospitales de la ciudad están en estado calamitoso, es porque los ministerios nacionales (de Desarrollo y de Infraestructura) no los construye. Su único sueño es inaugurarlos sin ningún esfuerzo. Algo similar ocurre con las escuelas públicas, mientras financia a las de gestión privada.
Macri cree que es natural que la ciudad no pague un peso por arrojar los deshechos cloacales en Berazategui.
Macri echa la culpa al gobierno porque en los mercados financieros internacionales, la CABA no es sustentable. También la Nación pagó, como avalista, obras como las autopistas y el parque Interama (700 millones de dólares de los 70).
Macri está loco si además quiere que el puerto pase a la ciudad. Y no es que le importe algo más que controlar la Corporación Puerto Madero, porque es allí donde se autorizan las construcciones de la zona. Y es la propietaria de los espacios libres que todavía quedan.
¿También pedirá la Aduana?
La cuestión del puerto es mucho más que el hotel Faena: lo sabe cualquiera que conozca la historia nacional. Los ingenieros de la Católica (como Macri) o los licenciados en Arbitraje Internacional (USES, Michetti) no cursan historia. Creen que todo empieza cuando ellos llegan.
Macri pretende que Cristina lo reciba como si fuera un príncipe.
Un príncipe doblemente procesado que ni siquiera tiene una opinión seria o plausible sobre la expropiación de YPF ni sobre ningún otro tema, encartado en la chatura de quienes pretenden representar a los que no entienden nada de nada, a los hombres qualunques.
Rodríguez Larreta, Michetti y Vidal son ejemplos de esto mismo: cuando se los escucha, uno no sabe si está hablando un funcionario público, una comadre de barrio, un alumno de primaria o un paciente psiquiátrico. A mí me da vergüenza escucharlo a Rodríguez Larreta, por ejemplo, cuya familia es uno de los mayores terratenientes de la provincia de Buenos Aires. Pero no por eso, sino por las estupideces que balbucea.
Yo creo que Macri es un tarambana.
O mejor, un tarado.
Y es el líder de los tarados. Es que hay muchos tarados en el país, todavía.
Estos tarados peligrosos han llevado al país a lo peor que nos ha tocado vivir. No son cándidos, son idiotas peligrosos.

Evita y las realidades efectivas


La Red Nac & Pop que conduce el compañero Martín García inserta una nota de Graciela Larrañaga, a quien no conozco, sobre un hecho poco conocido de la obra de Evita y del gobierno peronista. Se titula "El día que Evita ayudó a los niños pobres de Washington". 
Cabe recordar que La Fundación tomó medidas similares con España e Israel, destinos que también suelen ocultarse. 



En un clima diplomático tenso con EE.UU., Eva Perón envió, en 1949, ayuda a los niños negros de Washington.

El acto fue tachado de arrogante y generó pedidos de explicaciones.

En 1952, cuando falleció, hace ahora medio siglo, muchos aún recordaban en los Estados Unidos que tres años antes Eva Perón había asombrado al mundo político al enviar un avión con ayuda de invierno para los niños pobres de Washington.

Fue en 1949, en medio de un clima de tensión diplomática creciente entre nuestro país y los Estados Unidos, y en vísperas de que Harry Truman asumiera la presidencia.

El vicepresidente Truman era un granjero de Missouri a quien la muerte del presidente Franklin Roosevelt depositó en el centro del poder mundial.

Truman arrojó sin titubear la bomba atómica sobre Japón y había dado muestras de que estaba dispuesto a poner a los Estados Unidos a la cabeza del mundo cuando se firmara la paz.

Su elección por cuatro años, a partir del 21 de enero de 1949, fue una celebración internacional marcada por la guerra fría ya desatada contra la Unión Soviética y un reconocimiento hacia la mayor potencia.

Las principales figuras de la política se hicieron presentes en Washington y todos se sorprendieron al recibir una comunicación de la embajada argentina que informaba sobre un evento que tendría lugar al día siguiente de los festejos oficiales. Se trataba de la entrega de ropa de invierno para 600 niños pobres residentes en los barrios bajos de la capital.

La donación en nombre de Eva Perón y su Fundación de Ayuda Social había sido gestionada cuidadosamente con el reverendo Ralph Faywatters, quien presidía la Children''s Aid Society, una entidad caritativa que protegía a los niños negros de Washington. Consistía en ropa de abrigo y calzado, fabricados en la Argentina y enviados por avión, lo que sugería la situación apremiante de quienes se beneficiarían con la ayuda.

La reacción del gobierno norteamericano no se hizo esperar y la embajada argentina tuvo que dar explicaciones sobre las intenciones del regalo. Entretanto, el reverendo Faywatters había puesto en acción a otras organizaciones y un total de 27 entidades —en su mayoría de ciudadanos negros— reclamaron su porción del cargamento.

La idea de que el gobierno norteamericano podía impedir que los niños pobres obtuvieran su ropa de invierno argentina produjo una rápida agitación entre miles de familias de Washington.

El asunto fue tratado por la prensa internacional. La Agence France Presse describió "una situación que por momentos parecía casi enojosa, debido a la confusión producida por la inesperada noticia" de la donación. "No hubo intención de demostrar que en un país rico cual es Estados Unidos, hay niños ''pobres''", agregó la AFP.

Los diarios de la cadena Scripps-Howard no ocultaron su perplejidad y publicaron en docenas de ciudades norteamericanas un comentario donde afirmaban que "la Fundación encabezada por la esposa del presidente argentino no hace las cosas con moneda pequeña ni tampoco peca de falsa modestia".

También trataron el episodio los semanarios de mayor circulación, como Newsweek, bajo el título "Señora" pockets (Señora bolsillos) y Time, que lo encabezó "Helping hand" (Dando una mano), donde no ocultaban que la filantropía peronista transpiraba arrogancia pero había golpeado exactamente en un punto muy sensible, el de la pobreza alarmante de la mayoría negra de Washington.

El reverendo Faywatters, silencioso cómplice de Evita, se hizo cargo de los regalos y retribuyó con una nota oficial donde subrayó que "entendemos ante esta evidencia su deseo (de Eva Perón) de que toda América viva y trabaje unida para bien de su pueblo (y) esta contribución para los niños necesitados está por encima de toda diferencia internacional de opinión política".

El caso quedó cerrado definitivamente y la embajada argentina insistió en que si bien la entrega formal de la donación se había superpuesto con la asunción presidencial de Truman, se trataba de una coincidencia sin propósitos secundarios.

Truman le dio en parte la razón a Evita cuando en su discurso de posesión afirmó que "Estados Unidos sufre el efecto de los precios excesivamente elevados, la producción no cubre aún las necesidades y los salarios mínimos son demasiado bajos, al mismo tiempo que las pequeñas empresas pierden terreno en beneficio de los monopolios".

La prosa de Truman anticipaba los cambios en los derechos civiles para los negros aunque faltaban años y mucha sangre para que estos se concretaran definitivamente.

Unos apuntes de Eva Perón hasta ahora inéditos, pertenecientes a la Colección Alberto Casares, revelan cómo siguió personalmente la donación a la Children''s Aid Society y en todo momento fue conciente de su alto contenido político.

"Sirva de ejemplo este acto y esta ayuda que lo hacemos con todo el respeto y todo el cariño por el gran pueblo de los Estados Unidos y humildemente le hacemos llegar nuestro granito de arena de ayuda", escribió con su tumultuosa caligrafía.

En otro lugar afirma que "este avión argentino que pronto llegará a Estados Unidos representa a la bondad de nuestro conductor y lo que somos capaces de hacer por el desposeído, esté donde esté y se encuentre donde se encuentre".

Pero en Washington la procesión iba por dentro y a nadie se le ocultó que detrás de la prosa protocolar rugía la furia de la mujer más poderosa de la Argentina y sin duda la más famosa en el mundo de su tiempo. En los dos años siguientes la misma Fundación de Ayuda Social enviaría donaciones semejantes a más de ochenta países, entre los que se incluían naciones europeas devastadas por la guerra, pequeños principados africanos y prácticamente todos los países latinoamericanos.

Sin embargo, aquella donación para los niños pobres de Washington D.C. resultó incomparable.

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