jueves, 17 de diciembre de 2015

OTRO DNU POLÉMICO: REMOVIÓ AL FISCAL CAMPAGNOLI



“La vida nos da sorpresas, sorpresas nos da la vida”.

Cuando nadie lo esperaba, y menos que menos el propio expulsado, el nuevo monarca local, mediante un DNU, dejó cesante al fiscal José María Campagnoli. No trascendieron los considerandos de la norma, pero es un secreto a voces que el ahora ex-fiscal apañaba a un sector de la barrabrava de Boca que quiere impedir el nombramiento de Marcelo Tinelli en la conducción de la AFA, y un DNU es el método más idóneo para parar la mano.

Ahora sí el presidente del gracias gracias gracias gracias gracias (último hit de la temporada de verano) se ocupa de temas importantes. No todos sus aliados de siempre acompañaron la medida: Lilita Carrió, que había propuesto a Campagnoli como reemplazante de la Procuradora General de la Nación por su demostrada honestidad y, según ella, porque “es buenmozo”, tuvo un berrinche, soltó un lagrimón, se embadurnó con bronceador y partió a Punta del Este para pasar sus vacaciones en paz. Luego de eso, Campagnoli se remetió la camisa en el pantalón.

Lo de su honestidad está probado (tras sus patrióticos safaris fotográficos en el Barrio Mitre) por una encuesta del benemérito Jorge Giacobbe denominada “los 100 líderes más honestos” encargada por la revista “Noticias”, donde Campagnoli ocupó el puesto 25, Cristina Kirchner el puesto 63 y Jesucristo (sí, Jesucristo, no es un error de transcripción ni tomé alcohol) el puesto 71.




 A diferencia de otros encuestólogos, Giacobbe (a quien todos sus amigos conocen como “el gordito gilún) hizo sus estudios de posgrado en una de las más serias y prestigiosas universidades del mundo, la de Palermo, de donde salieron otros líderes de opinión como Patricia Bullrich Luro Pueyrredón y Mamerto Pasalacqua. 
Bullrich (Luro P..., etc.) pertenece a una familia patricia descendiente de patriotas y no tan patriotas. De Pasalacqua no tenemos mayores datos.

También Martínez de Hoz perteneció a una familia patricia: sus ancestros fueron contrabandistas.

Campagnoli fue suspendido y casi destituido por nimiedades. De su caso se ocupó extensamente el canal TN, cuyos conductores le aconsejaban en vano que se arreglara un poco para aparecer más presentable ante las cámaras, pero la camisa de rigor en los ámbitos judiciales rehuía quedar dentro del pantalón. Algunos creyeron que era una nueva moda.

Un fiscal más honesto que Jesucristo no será removido tan fácilmente, se los aseguro. La Argentina profunda ya se ha puesto en marcha aunque por el momento no sea visible.

martes, 8 de diciembre de 2015

APOYO A GILS CARBÓ


Frente a los reiterados anuncios de referentes del Poder Ejecutivo Nacional recientemente electo impulsando la remoción de la Procuradora General de la Nación, Dra. Alejandra Gils Carbó, los Organismos de Derechos Humanos reclamamos enérgicamente su continuidad y la de las políticas públicas que ha implementado en su gestión.

Debe recordarse que la Constitución Nacional establece que el Ministerio Público Fiscal es un órgano independiente de los demás poderes del Estado y que sus miembros gozan de inmunidades funcionales, por lo que solo pueden ser removidos en caso de mal desempeño por medio de un juicio político.


Lejos de encontrarnos en esa situación, el desempeño de la Dra. Gils Carbó al frente del Ministerio Público Fiscal merece ser destacado, pues puso a este organismo en un rol activo en la promoción y protección de los derechos humanos e impulsó mejoras sustantivas en la persecución penal. Fiel reflejo de ello son las creación de fiscalías y unidades especializadas para combatir la violencia institucional, la trata de personas, la violencia de género, la narcocriminalidad y la criminalidad económica y el lavado de activos.

También debe resaltarse la creación del programa de Acceso Comunitario a la Justicia (ATAJO), que ubicó por primera vez a una institución del sistema judicial en los barrios más humildes, procurando garantizar el acceso a la justicia de las personas más vulnerables.

Finalmente, resulta ineludible mencionar que se potenció el trabajo del Ministerio Público Fiscal en la investigación de los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar, a través de la jerarquización de la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad, avanzando decididamente en la persecución penal de la responsabilidad civil, judicial y empresarial, así como con la creación de la Unidad Especializada para casos de apropiación de niños.

 

Advertimos entonces que la intención de la remoción ilegítima de Gils Carbó no puede leerse más que como un obstáculo al proceso histórico de Memoria, Verdad y Justicia y constituiría una clara muestra por parte del gobierno entrante del menosprecio por las políticas de promoción activa y protección de los derechos humanos, que seguiremos defendiendo y exigiendo inclaudicablemente.

Por todo ello convocamos a concentrarnos en la sede de la Procuración General de la Nación en la calle Perón 667, el viernes 11 a las 11hs, expresando con nuestra masiva y contundente presencia, el respaldo a la Dra. Gils Carbó.

Convocan

 

Abuelas de Plaza de Mayo
Comisión de Familiares de Desaparecidos por Razones Políticas
H.I.J.O.S Red Nacional
APDH
Liga Argentina por los Derechos del Hombre
Comisión por la Memoria, la Verdad y la Justicia de Zona Norte
Asociación Memoria, Verdad y Justicia de Zárate
Comisión Vesubio y Puente 12

domingo, 6 de diciembre de 2015

UN MEDIA CUCHARA EN LA ROSADA



MM es un niño caprichoso. En el barrio los llamamos niños bien. No quiere jurar tal como lo ordena con claridad la Constitución Nacional en su artículo 93: ante el pleno de diputados y senadores. Quizás porque se considera por encima de ella, o porque los representantes del pueblo le importan un pito, o ambos dos. Patético.

La vice lo apoyó públicamente, afirmando que “MM tiene derecho a elegir cómo quiere jurar”. Doblemente patético.

Es más, quiere jurar como solían hacerlo los dictadores locales. Prepárense: quizás se le ocurra ir a la Rosada en un carruaje, como el dictador Onganía. Si bien la Michetti lógicamente debe apoyar a MM, es posible que ella misma lo crea a pie juntillas. Al fin y al cabo, y sin que venga a cuento, cree que todos los problemas argentinos se resuelven tomando deuda externa barata con argumentos falaces. Lo aprendió de Martínez de Hoz en alguna de las escuelas privadas que ella recorrió, no hay otra: en aquellos años ‘70 (muy lejanos para las jóvenes generaciones), también era barata la deuda externa (petrodólares) y no se consultaba al pueblo. Porque eran tiempos de una feroz dictadura y quien se arriesgaba a levantar la cabeza ponía en peligro la vida.





Bajo otros ropajes, esta es “la cría del Proceso” aunque la Argentina y el mundo hayan cambiado dramáticamente por la primacía combinada de los grandes medios concentrados y el capital financiero a lo que se agregan otros factores como la deslocalización y robotización de la producción y la centralidad de la innovación en manos de los países centrales.

Esa cría, el viejo proyecto de la Argentina colonial, rebautizada por el nuevo presidente como el supermercado del mundo, llega al poder por primera vez mediante la vía electoral: el recurso anterior siempre fue el golpe de estado militar o la infiltración por izquierda, como sucedió durante los ‘90.

Esta vez se prometió alegría, vulgaridad y un ambiguo cambio, lo que al parecer entusiasma a la mitad de los argentinos recorridos por un tonto encanto proporcional a la exposición a los medios concentrados, que han crecido ante la ausencia de política.

El primer logro de Néstor Kirchner en 2003 fue recuperar la política para los argentinos, abandonada por Cavallo sumiéndonos en el infierno. Al fin y al cabo, lo que se llamó la cría del Proceso es el triunfo, una y otra vez, de la Argentina liberal, el granero del mundo para unos pocos, el país colonial desindustrializado y proveedor de materias primas.

MM no es un niño culto.

No es que carezca de ese barniz de cultura general típico de quienes hicieron humanidades: parece sólo un bruto con plata, un infeliz enriquecido. Muy alejado de los aristócratas que constituyeron el grueso de los sectores dominantes nativos de antaño, educados en los mejores colegios británicos o franceses y que dominaban varios idiomas. Este no necesita esa educación: quizás la desprecia; atesorar dinero le parece más importante, si bien, como cuadra, cursó en escuela y universidad privadas, de esas que más que cultura dan status. Según cuenta, desde joven se preparó para ser presidente mientras su padre se mofaba de esa remota posibilidad. No en vano lo definió públicamente como un badulaque, pero él, obstinado, atesoraba vínculos con los directivos de las grandes empresas, sobre todo multinacionales. Y ahora es el presidente de los argentinos, mal que nos pese, apoyado explícitamente por esas mismas multinacionales. Y por ahora, con un mínimo apoyo sindical.



Todo es posible: también que MM se inhiba ante la asamblea de diputados y senadores, largándose a criticar el programa 678, o se le ocurra dar uno de esos graciosos pasitos de baile que improvisa con soltura sin par.

Esa medianía soberbia le ha aflorado en ocasiones anteriores. MM parece un personaje salido de la imaginación de Graham Greene o John Le Carré Pero esos escritores británicos no deben haber imaginado el despropósito de que alguno de sus protagonistas fuera el mismísimo presidente de Argentina: en un caso, en la novela de Greene “Nuestro Hombre en La Habana” era un simple vendedor de aspiradoras a domicilio; en el otro, “El Sastre de Panamá”, un ex – presidiario que se ha apoderado de una identidad con cierto renombre en el arte de cortar casimires a medida. 
Ambos, personajes oscuros, mediocres, vulgares.

Ambos “se inventan” conexiones que no tienen: el vendedor de aspiradoras hace creer a los servicios de inteligencia británicos que un plano de una de sus aspiradoras es un misil nuclear apuntado al centro de Londres.

El sastre, que una mayoría silenciosa inexistente va a apoderarse del estratégico canal de Panamá para birlárselo a EEUU. Engañando a los mismos servicios de inteligencia, considerados entre los más eficientes del mundo occidental.

Reemplacemos a las “víctimas” de la imaginación literaria por todo el pueblo argentino. Y obtendremos la imagen de un mediocre perfecto que acaba de acceder a un cargo que le queda grande.

MM, que quiere hacer de Argentina un supermercado, se atiene a la Constitución o la trasgrede.

¿Será MM un trasgresor consuetudinario de la ley máxima y de las leyes en general? ¿Acaso el Grupo Clarín no trasgrede la Ley de Medios y a la justicia no se le mueve un pelo o se lo permite, diciéndonos mucho sobre la calaña del poder real en el país?

Si MM ya intenta trasgredir la ley antes de haber accedido a la primera magistratura ¡qué no sucederá dentro de quince días, seis meses o cuatro años!






martes, 1 de diciembre de 2015

LAS PRIMERAS CUATRO MEDIDAS DE MACRI, EL LÍDER



Ante los incesantes aumentos de precio de bienes de consumo y la casi total desaparición de los productos incluidos en la canasta de precios cuidados resulta interesante dar a conocer cuáles serán las primeras medidas que implementará el nuevo líder argentino Mauricio Macri, todo un estadista.


La primera será: fideos al vino tinto.



Ingredientes:

Fideos mostacholes secos italianos: cantidad necesaria.

Media cebolla boliviana.

Un puñado de blanco de apio colombiano. (El bolivariano es de mala calidad y se importó con gorgojos).

150 gramos de panceta salada polaca cortada en trocitos.

Una copa grande de vino malbec (nada de tetrabrick, eh) chileno exportado desde Mendoza y etiquetado en Valparaíso como producido local.

Aceite de oliva griega: cantidad necesaria.



Preparación:

Se cuecen los fideos: al dente, 9 minutos.
Se procesan (un breve toquecito) la cebolla y el apio y se blanquean en el aceite de oliva en una sartén de teflón alemana occidental.

Se agregan la panceta y el vaso de vino.

Se tapa cinco minutos y luego se retira la tapa para que evapore el alcohol.



Se sirve espolvoreando con queso parmesano (de Parma, ¿de dónde, sino?).
Comer bien caliente. Precio aproximado en Argentina: entre 26 y 30 euros.
¿Papá Franco estará orgulloso aunque tenga que comerlos licuados, convertidos en papilla?

lunes, 23 de noviembre de 2015

APUNTES EN CALIENTE

Se echan la culpa unos a otros. Unos pocos, enamorados de las palabras como si de pavos reales se trataran, sintieron un "desgarro" por la elección  de Scioli como candidato. Como si Randazzo hubiera sido Perón resucitado. 
Otros prefieren que se pierda esta etapa para volver con nuevos bríos en la próxima. O reivindicaron estar desorganizados. O creyeron que ser autoconvocado alcanzaba. El resultado demostró lo poco representativos que fueron unos y otros, mientras arreciaban los mutuos pases de factura. A eso hay que sumar la creciente influencia de los medios de comunicación (que tiende a esa homogeneidad que aquí se critica), la desmemoria y la despolitización de un sector de la sociedad.
A continuación, las siempre ajustadas palabras del compañero Teodoro  Boot.

Por Teodoro Boot

Festín caníbal


El resultado del balotaje debe ser visto desde los resultados de la elección general del 25 octubre, fruto a su vez de una serie sucesiva de desaciertos de distinto nivel y calibre, probablemente consecuencia –¿inevitable?– de doce años de ininterrumpido ejercicio del poder político. No viene al caso aquí analizar ni pasar revista a lo que acabamos de llamar “desaciertos”, algunos de gestión, otros de estrategia y los más, de construcción política. Pero resulta oportuno recordar o parafrasear a Juan Perón: “Las fuerzas políticas no valen por su número sino por su organización y la capacidad de sus dirigentes”.





En el caso del Frente para la Victoria, la principal característica de gran parte de su plana dirigente fue la tendencia al canibalismo. Es que uno de los principales errores en la acción política es la arrogancia, la soberbia y el menefreguismo que surgen de la creencia de tener la vaca atada.

Ya desde los meses previos a las Paso, la dirigencia del Frente para la Victoria olvidó la realidad, se desentendió del pueblo –tanto de su masa adherente como de los sectores opositores o desinteresados– y se abocó con fruición a una suicida batalla campal interna (que, curiosamente, se agravó entre las primarias abiertas y la elección general) y a estrategias electorales que parecían elaboradas por el brain storm de un grupo de trabajo reclutado entre internos del Borda.

El resultado de la elección general paralizó y prácticamente colocó en estado catatónico a la dirigencia del FPV. Los pases de factura y ajustes de cuentas en plena campaña electoral –que no tuvieron lugar únicamente en la provincia de Buenos Aires, como a primera vista pudiera parecer– produjeron el peor de los resultados imaginables. Todos los dirigentes y activistas sabían que de no ganar en primera vuelta, el balotaje sería casi imposible de superar: el candidato del FpV se enfrentaría solo contra “el resto del mundo”.  

A esta dificultad había que sumarle lo que seguramente fue la política más abiertamente autodestructiva del FpV: la permanente erosión del propio candidato, que viene de lejos y que encontró su punto más alto en el asombroso eslogan: “El candidato es el proyecto”. Si el candidato es el proyecto ¿para qué es necesario un candidato?

Tras las elecciones generales, esa dirigencia quedó groggy, sin  atinar siguiera a levantar los brazos y devolver los golpes, mientras el Pro, que mediando un resultado ligeramente distinto en la segunda vuelta por la elección de la jefatura de gobierno de la CABA, habría estado a punto de desaparecer como fuerza política, recuperaba bríos y encaraba el tramo final de la campaña con espíritu ganador.




El sopor dirigencial y la confusión de los activistas fue compensado con un notable fenómeno de autoconvocatoria y movilización de la base de adherentes, que a falta de una campaña coherente y sostenida, la tomó en sus manos y la llevó adelante con los escasos recursos que le era posible conseguir. Los volantes y carteles manuscritos son realmente conmovedores y deberían llamar la atención de unos y otros, pues se ha puesto en marcha un movimiento que será difícil detener, pero que puede ser sencillo malversar.



Aprender a los golpes

Así como a despecho de la opinión de los sociólogos, para comprender las conductas de la sociedad argentina actual es muy conveniente la relectura de El medio pelo de Arturo Jauretche, Técnica del golpe de Estado de Curzio Malaparte conserva tan extraordinaria actualidad que, no obstante haber sido publicado por primera vez en 1931, debería ser lectura obligada en los ambientes políticos.

Desde las 18 horas del día 22 de noviembre se puso en marcha una manipulación informativa que contó con la entusiasta –y se supone que involuntaria– colaboración de los medios y periodistas oficiosos y hasta oficiales. Para muestra, un botón: el insólito zócalo de la televisión pública que, al tiempo que ponía en pantalla los resultados de un cinco por ciento de los votos, titulaba: “Argentina eligió presidente”. Semejante título acompañado de cifras en las que Macri obtenía una diferencia de entre 7 y 8 puntos era todo un editorial, particularmente porque tratándose de tan pocos números oficiales, el final no estaba cerrado. El tiempo verbal que correspondía era el presente: “Argentina elige presidente”.

No había pasado un minuto desde que se cerraron las puertas de las escuelas cuando C5N tituló, y mantuvo a lo largo de toda su transmisión: “Ganó Macri”.

Así, mientras las consultoras y encuestadoras, una tras otra, negaban haber realizado encuesta alguna luego de la votación (información que NO se difundió sino hasta horas después), periodistas, autotitulados politólogos y hasta tipos cuyo único antecedente en la materia es el título del Iser, realizaban estrambóticos análisis políticos y hasta se la daban de expertos psicólogos capaces de leer el lenguaje corporal.

Estamos habituados a la chantada sistemática de los periodistas televisivos, obligados a llenar el tiempo de ruidos que parezcan palabras, pero este domingo fueron superadas todas las experiencias: periodistas y falsos expertos sacaban conclusiones en base a una frase –“Ganó Macri”– sin que existiera ningún dato que permitiera sostener un afirmación tan categórica.

Y ya en una desenfrenada caída hacia el ridículo, continuar con la sanata y seguir sosteniendo la consigna en base a la difusión de un resultado general con pocas mesas escrutadas. Y, lo que no es menor, sin tomarse el elemental trabajo de analizar los datos, a disposición de cualquiera con acceso a una computadora que no fuera tan perezoso. Cualquiera podía advertir que, aun ya con un veinte por ciento de mesas escrutadas, los porcentajes no se acercaban a lo que sería el resultado final si, por ejemplo, recién se llevaban computados menos del 1 por ciento de los votos de la Tercera Sección electoral.

En tanto, a los psicólogos y mentalistas expertos en la lectura del lenguaje corporal no les llamó la atención la insistencia de los políticos del Pro en invocar extraoficialmente una victoria que no se podía sostener con seguridad: ninguna boca de urna, ni siquiera el mucho más preciso sistema de análisis de mesas testigo desarrollado por cada partido, podían asegurar nada en base a una diferencia tan exigua como la que en realidad terminó existiendo: 51,40 % contra 48,60, un 2,8 %, apenas 704 mil sobre un total de 25 millones de votos emitidos.

Cabe puntualizar que, en un balotaje, cuando los votos que pierde uno, los gana su rival, a los efectos prácticos ese 2,8 % se reduce a un 1,4%.

Sin embargo, desde el primer minuto pudo crearse en la sociedad la convicción de un triunfo de Macri y, lo que es más notable, la idea de la derrota en la militancia del FpV.

El asombro se incrementa apenas uno repara en que el gobierno y el manejo de más de un par de medios de comunicación y del sistema de Inteligencia no se encuentra en manos del Pro sino –aparentemente– en las del FpV.

Pero esos medios, sus periodistas y los propios dirigentes del FpV corrieron detrás de un rumor echado a rodar sin datos que lo sostuvieran.

Les propongo un ejercicio: imaginen el efecto político de un resultado en el que Scioli se hubiera impuesto por tan exigua diferencia. Es de cajón que su legitimidad para gobernar hubiera sido cuestionada de inmediato. Sin embargo, nadie ha cuestionado la de Mauricio Macri, cuya capacidad y legitimidad son muy inferiores, habida cuenta que no cuenta con número suficiente en ninguna de las cámaras.




Reflexiones en chancletas

En los próximos tiempos surgirán dos tentaciones dentro del FpV: la de fingir demencia por parte de muchos dirigentes y la de cobrarse cuentas y cortar cabezas por parte de unos cuantos de los numerosos decepcionados o damnificados por esa dirigencia. A esto se sumarán las tentaciones de quienes quieren separar y diferenciar el “kirchnerismo” del “peronismo” y las de quienes quieren separar y diferenciar el “peronismo” del “kirchnerismo”. Ambas tienen el mismo efecto centrífugo, aunque sus motivaciones son opuestas, pero a la vez reconocen un elemento en común: la vocación minoritaria.

La cariocinesis ha sido el tradicional método de crecimiento de los grupos de la izquierda argentina: al igual que los organismos unicelulares, se reproducen dividiéndose en dos. Esta peculiar y ciertamente insatisfactoria técnica sexual se origina en el modo ideológico, o para decirlo mejor, abstracto, de construir la identidad política: yo soy yo en  tanto soy diferente a otro. De ahí ese apego a los programas, cuando más detallados, mejor, que pongan permanentemente a prueba el grado de acuerdo alcanzado.

Los movimientos nacionales de liberación se construyen según un método opuesto, que, por indiscriminado, algún zafio podría comparar al de una orgía: partiendo de un antagonismo insalvable, el del pueblo y la nación contra la elite y el imperio, el camino hacia la construcción de la identidad pasa por la búsqueda de coincidencias, por encontrar que es lo que tenemos en común con el otro, y dejar las diferencias en segundo plano. Y es lógico que sea así, porque no se trata de construir un partido sino de poner en marcha las fuerzas nacionales, de darles impulso y encontrar una dirección.

De ahí que el mayor peligro que enfrentan los movimientos nacionales no se encuentre en su exterior sino en su propio seno, y eso es el sectarismo, porque el sectarismo –esa psicótica búsqueda de las diferencias– atenta contra la propia naturaleza de un movimiento nacional de liberación que, para serlo, debe ser necesariamente cada vez más amplio y heterogénero.

Esto asusta a algunas mentes demasiado cartesianas o inseguras, que reaccionan en busca de la homogeneidad, en cumplimiento de la sentencia de la viuda a sus hijos en el velorio del marido: ahora que somos menos vamos a estar más unidos.

Esta tentación está siempre presente y es siempre igual de peligrosa, tanto cuando se manifiesta en nombre de la tradición y la pureza doctrinaria, como cuando usa el pretexto la pureza revolucionaria. Evitarlo y evitar que operen sobre estas fuerzas centrífugas los intereses externos, es tarea de la conducción y la plana dirigente, pero es también responsabilidad de militantes y activistas, en mayor medida en circunstancias como la que atraviesa actualmente el FpV.

La condición básica, el supremo valor político es el de la unidad. Para preservarla es preciso conservar la calma y el sentido de las proporciones, evitar la histeria y las ansias de revancha y castigo, la pasión robespierana por guillotinar a los propios. Ya llegará el momento, pero, por lo pronto, se impone conservar la unidad, evitar la frustración y la dispersión de un conjunto político y social, no sólo de por sí mayoritario, sino lo suficientemente diverso y coherente.

Un enorme porcentaje de quienes votaron a Daniel Scioli están dotados de firmes convicciones. La responsabilidad primera, es que no las pierdan. La segunda, impedir que sectores intrínsecamente minoritarios que sólo tienen en común el odio que profesan al Fpv, avancen como Pancho por su casa, sin nuestra firme oposición. La tercera, llevar a ese conjunto social a la victoria a través de la paciente y sistemática construcción de mayorías.

Y si alguien tiene un método mejor, que avise.

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